Las defensas de goma maciza suelen ser más pesadas que las inflables. Esto las hace más difíciles de manejar, transportar e instalar, sobre todo en tamaños grandes.
Menos flexible:
El caucho macizo es menos flexible que las defensas hinchables, que se adaptan mejor a las distintas fuerzas de impacto. En consecuencia, las defensas de caucho macizo pueden no proporcionar una amortiguación tan suave o flexible, especialmente en el caso de buques de gran tamaño o con formas irregulares.
Coste:
El coste inicial de las defensas de caucho macizo puede ser superior al de las defensas hinchables, sobre todo en el caso de modelos más grandes o diseñados a medida. Sin embargo, este coste puede verse compensado por su longevidad y sus mínimas necesidades de mantenimiento.
Diseño rígido:
Las defensas de goma maciza tienen una construcción rígida, lo que significa que no absorben el impacto tan gradualmente como las defensas hinchables. En determinadas situaciones de atraque, esto podría dar lugar a un mayor nivel de transferencia de impactos, especialmente con embarcaciones más grandes o velocidades de atraque más rápidas.
Espacio necesario:
Debido a su diseño rígido y a menudo voluminoso, las defensas de caucho macizo pueden requerir más espacio para su instalación. Esto puede limitar su aplicación en zonas con poco espacio, como muelles o embarcaderos pequeños.
Posibilidad de daños superficiales:
Aunque las defensas de goma maciza son duraderas, si no se mantienen adecuadamente o si se someten a un desgaste excesivo, pueden desarrollar grietas o daños en la superficie, especialmente cuando se exponen a condiciones extremas. Esto podría afectar a su eficacia como protección a largo plazo.